Tocar la guitarra es una actividad física poco exigente, aunque solemos llevarla a cabo durante largos periodos de tiempo, por lo que es habitual que acabe ocasionándonos lesiones típicas de guitarrista.
Para conocer con más detalle cuáles son estas lesiones, o cómo tratarlas, podéis consultar el artículo dedicado a las lesiones más comunes a la hora de tocar la guitarra.
La postura a la hora de tocar
Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de tocar la guitarra es que para tocar bien hay que sentirse cómodo.
El hecho de encorvamos demasiado sobre el instrumento, o no mantener una postura suficientemente recta, puede provocar que acabemos estirando demasiado los ligamentos espinales y que los discos y otras estructuras de la columna se acaben resintiendo durante la práctica.
Ergonomía definición RAE:
La Ergonomía es el estudio de las condiciones de adaptación de un lugar, una máquina o un vehículo a las características físicas y psicológicas de un trabajador o usuario.
Por eso, a la hora de tocar es muy importante cuidar la postura, y una de las primeras medidas que podemos tomar para corregirla es elegir una buena silla.
La silla
El mejor tipo de silla para tocar es una silla sin brazos (si no será difícil que nos quepa la guitarra :-). Además, este tipo de sillas nos permitirá mayor libertad.
Idealmente, la silla debe de ser de altura regulable y con el asiento acolchado, aunque un banco de piano ajustable también puede funcionar.
Asegúrate de que la silla o el banco sean lo suficientemente altos como para poder doblar las rodillas en un ángulo de noventa grados y que los pies apoyen en el suelo desde sentado.
Al sentarte es importante que la espalda esté recta, con los hombros relajados, y no encorvarse sobre la guitarra.
Si tienes lesiones en la espalda o en los hombros, debes consultar primero con tu médico antes de empezar a tocar la guitarra, sobre todo si vas a tocar durante prolongados periodos de tiempo.
Tocando la guitarra de pie
Es verdad que queda muy “guay” ver a las estrellas del rock con sus guitarras eléctricas colgando por debajo de las rodillas, pero tocar con una guitarra demasiado baja puede ocasionarnos daño en las muñecas, los hombros y la espalda.
Cuando tocamos de pie, la guitarra debe colgar cómodamente y dejar ambos brazos libres. Si la correa está ajustada correctamente, el mástil debería describir un ángulo de cuarenta y cinco grados con nuestra columna, y el puente debería quedarnos a la altura de la cintura.
Tocar de pie con una guitarra eléctrica es muy diferente a tocar con una guitarra acústica, debido a sus diferentes formas y pesos. Las guitarras eléctricas normalmente se tocan de pie, pero resultan mucho más pesadas que las guitarras clásicas, por lo que es importante elegir una buena correa, ya que es la que trasmite el peso de la guitarra a nuestros hombros.
Dado que hay una inmensa variedades de correas para guitarra en el mercado, es importante que te tomes tu tiempo a la hora de probarlas, y para decidir cuál es la que mejor se adapta a tu cuerpo. Recuerda: si tiene problemas con el cuello o con los hombros, nuevamente: consulta con tu médico.
La posición de la mano izquierda
La mejor manera de tocar es ejercer la cantidad justa de presión sobre la cuerda, pues presionar demasiado podría causarnos dolor.
Hay que dejar que la parte inferior del mástil descanse sobre la palma de la mano, para que el pulgar y los dedos caigan naturalmente a ambos lados. El pulgar debe estar situado en mitad de la parte trasera del mástil, para que haya suficiente espacio entre él y la palma; y deberías poder girar toda la mano sobre la yema libremente.
La mejor manera de colocar el pulgar en la parte trasera del mástil es manteniéndolo situado a la altura del primer o segundo dedo.
A la hora de tocar, hay que usar la punta del dedo para presionar la cuerda firmemente, lo más cerca del traste que se pueda, y presionar contra el diapasón como si estuvieras tratando de juntar el pulgar y el índice a través del mástil.
La mano derecha
La mano derecha puede usarse para tocar con los dedos (para que cada uno pulse sobre las cuerdas) o bien para sostener una púa y que sea esta la que golpee las cuerdas. Veamos cada caso:
Tocando con dedos:
La manera básica de tocar con dedos es usando las uñas para pulsar sobre las cuerdas (o una combinación de uña y yema). Los dedos deben mantenerse en vertical sobre las cuerdas, con un ligero arco en la muñeca; de tal manera que el pulgar se pueda mover libremente sobre los bordones (las tres cuerdas más graves), y que los demás dedos se puedan mover libres sobre las tres primeras. (El dedo meñique está discriminado, no se usa 🙂
Tocando con púa:
El tamaño y el grosor de cada púa puede variar para adaptarse a los diferentes estilos musicales, y a los diferentes tipos de guitarras y sus cuerdas. Al principio, lo más apropiado es usar una púa de tamaño y grosor medio, aunque lo más conveniente sería comprar varias, con diferentes tamaños y formas, y experimentar con ellas.
Para tocar con la púa hay que dejar que esta quede plana sobre el dedo índice y sostenerla cómodamente con el pulgar, procurando que los movimientos para los rasgueos provengan de la muñeca, no de los dedos.
Resumen y últimos recordatorios
Ahora que ya conocemos las posturas y posiciones básicas a la hora de tocar, tan solo nos queda hacer unos últimos recordatorios:
1. Cuando estés tocando de sentado, nunca te inclines o te encorves sobre la guitarra, con el tiempo esta postura te causará dolor.
2. Cuando estés tocando de pie no sostengas la guitarra muy abajo, mantenla siempre cerca del pecho, entre el cuello y la cintura.
3. No presiones nunca con demasiada fuerza sobre las cuerdas, no es necesario para producir un sonido limpio y potente.
4. Nunca hagas filigranas ni sostengas la guitarra por detrás del cuerpo o la cabeza. Se veía genial cuando lo hacía Jimi Hendrix pero a la hora de la verdad son prácticas que pueden causarnos lesiones.
Y por último, solo recordar que aunque puedan parecer prácticas muy aburridas y rígidas, son importantes, porque si no las seguimos es probable que con el tiempo acabemos aparcando la guitarra, y que las secuelas de nuestros continuos malos hábitos nos acarree alguna de las principales lesiones de guitarrista.