Qué hacer si las cuerdas de mi guitarra están demasiado altas

¿Tocar tu guitarra durante una hora te deja las yemas en carne viva? Pues vamos a ver cómo solucionarlo.

Todos hemos soñado alguna vez con tocar una de esas guitarras tan cómodas que no es necesario pisar con fuerza para que los acordes o las escalas suenen, y sin que trastee. El problema es que acceder a una guitarra de esas características suele ser caro, no siempre está al alcance de nuestro bolsillo, y la mayoría de nosotros tenemos que conformarnos con nuestra vieja guitarra, esa que nos machaca los dedos. Por eso, aquí vamos a ver algunos consejos caseros para corregir la altura de las cuerdas y ciertos consejos a tener en cuenta a la hora de comprar una nueva guitarra.

Antes de sumergirnos en las posibles soluciones vamos a ver la raíz del problema. Que una guitarra española presente las cuerdas visiblemente separadas del diapasón puede deberse a diferentes motivos, aunque cabe señalar que la mayoría de veces ocurre solo en instrumentos de gama media o baja. Puede ser que tu guitarra esté mal construida, que haya salido directamente así de la fábrica, con una inclinación incorrecta del mástil, o con un hueso demasiado alto. Pero también puede ser que recién hecha fuera una guitarra fantástica y que con el paso del tiempo la madera se haya ido curvado, ya sea por un incorrecto y apresurado proceso de secado, o bien porque ha permanecido con las cuerdas tensas en algún lugar demasiado afectado por la humedad, como un trastero o un armario, lo que puede haber arqueado el mástil.

El mástil es una de las regiones más importantes de nuestro instrumento y, a diferencia de las guitarras eléctricas o acústicas, no puede, salvo excepciones, ser regulada a través de un alma (aquí hay otro artículo sobre el quintaje de las guitarras con alma).

Cuando el diapasón de una guitarra española se ha curvado, antes que nada debemos observar cuál ha sido el movimiento que ha experimentado, es decir, cómo de lejos han quedado las cuerdas de la tapa, habitualmente la zona más afectada. Si la altura es mayor de 1,5 cm será poco lo que podamos corregir de modo casero. Pero si solo supera el centímetro tal vez limando progresivamente el hueso del puente podamos hacer que nuestro encordado se aproxime de nuevo a la tapa y al diapasón.

Dado que este proceso será un proceso delicado y, teniendo en cuenta que trabajaremos sobre el hueso, debemos, como primera medida, aflojarle las cuerdas. Esto facilitará la extracción del hueso. (No será necesario quitarlas por completo, ya que durante el proceso tendremos que ponerlas de nuevo varias veces para comprobar el resultado, para corregir la altura constantemente hasta encontrar la más apropiada)

Una vez extraído, observaremos el hueso y descubriremos que una parte es más alta que la otra (el lado de las cuerdas graves es más alto que el de las agudas) y habitualmente tendrá una inclinación de delante hacia atrás, para determinar con mayor exactitud a partir de que punto vuela la cuerda (para determinar exactamente la longitud de esta respecto al hueso de la cabeza). Para evitar que esta relación se altere, vamos a modificar la altura de modo general, limando por todo igual, con una lija de 180 o 200 pero solo sobre la superficie plana del anverso del hueso, es decir, solo sobre la parte de abajo (en la que no apoyan las cuerdas).

Vale aclarar que este es un proceso de bajo riesgo, pero de riesgo, pues si lo lijamos demasiado nos podemos encontrar con que al ponerle de nuevo las cuerdas estas trastean, por lo que es recomendable, si se puede, comprar otro hueso antes de empezar a trabajar, para copiar el que ya tenemos y trabajar sobre él, así siempre tendremos el original a modo de backup.

Avanzaremos lijando con cautela, y probando las cuerdas de nuevo de tanto en tanto. Si al tensarlas de nuevo vemos que empieza a trastear quiere decir que nos hemos pasado y que es hora de recurrir al hueso de seguridad. Si no lo tenemos, podemos seguir con el mismo pero tendremos que hacer el proceso inverso, colocando un delgado recorte de madera en la hendidura del puente, para que el hueso repose sobre ella y que vuelva a ganar altura. Así subiendo y bajando llegaremos a encontrar el punto óptimo para nuestra guitarra.