Lesiones comunes al tocar la guitarra, prevención y tratamiento

Hay épocas o temporadas en los que todos pasamos muchas horas con nuestra guitarra, y como en todas las actividades físicas repetitivas, esta puede llegar a generarnos lesiones, de mayor o menor gravedad, que deben ser conocidas, prevenidas, y en el peor de los casos, tratadas.

Tocar la guitarra no es una actividad física que podamos catalogar como peligrosa, o físicamente muy exigiste, aunque al ver a algunos guitarristas de heavy, o alguna performance de rock podemos replanteárnoslo :-). La mayoría de problemas derivados de tocar la guitarra son debidos a una mala postura prolongada o a lesiones por esfuerzos repetitivos (LER), y de entre las de este tipo, la más común entre los guitarristas es la tendinitis (inflamación de los tendones de la muñeca, del codo o del antebrazo).

La mayoría son lesiones poco graves, que pueden tratarse con antiinflamatorios y hielo, paciencia y descanso. Aunque en los casos en que esta perdure o vaya a peor, hay que acudir al médico sin dudarlo.

Este tipo de lesiones de guitarrista son generadas cuando somos “un poco brutos” con el instrumento y tocamos indiscriminadamente, de manera repetitiva, ejercicios de velocidad o repetitivos, durante demasiado tiempo, de una manera prolongada. El sentido común nos indica que no es bueno ir al gimnasio cada día, 5 horas, y hacer bíceps todo el rato, todos los días, sin embargo, a la hora de tocar, el afán por mejorar nos puede llegar a cegar y es fácil que acabemos maltratando nuestro cuerpo.

De igual manera que cuando vamos al gimnasio estiramos y tenemos una tabla de ejercicios con la que vamos variando para dejar descansar al músculo, al tocar deberíamos estirar y variar los ejercicios de una manera «más inteligente» que favorezca la diversidad y el alterne con momentos de descanso.

Bursitis, síndrome del túnel cubital, túnel carpiano, tendinitis, dedo de gatillo… Todas estas son afecciones vinculadas a movimientos repetitivos, aunque a menudo es difícil identificarlos, pues lo que padecemos e identificamos son los síntomas, hinchazón, entumecimientos, pérdida de flexibilidad en los dedos, e incluso propagación de los dolores a cuello y espalda.

Los tratamientos comentados anteriormente se pueden compaginar con masajes, fisioterapia o quiropráctica, aunque, repito, en caso de perdurar y/o agravarse, directos a la consulta de un médico, ya que en los casos más graves, llega a ser necesario la cirugía.

Pero, ¿realmente es necesario el dolor de cuello, de espalda, o de brazos y manos al dedicarse a la guitarra? La respuesta es no. A parte de la elección de ejercicios, del cuidado y/o de las pautas marcadas a la hora de tocar muchas horas, el otro principal motivo de los dolores, es la postura, nuestra ergonomía a la hora de tocar.

La postura y la ergonomía a la hora de tocar la guitarra

La guitarra es un instrumento que tiene muy mala ergonomía, vamos a la reconocerlo, es incómoda. ¿Recuerdas la primera vez que cogiste una guitarra? ¿Recuerdas esa sensación a los cinco minutos de pelearte con las cuerdas, encorvado sobre ella, con dolor en los dedos de la mano izquierda y el cuello agarrotado? Bien, pues aunque las sensaciones, gracias a Dios, ya no sean las mismas, las tensiones posturales siguen siendo las mismas, a menudo tocamos o practicamos en una mala silla, sin preocuparnos por la postura de la espalda, con un café encima de la mesa y un cigarro consumiéndose solo en el cenicero mientras tocamos.

Así que veamos algunas pautas o hábitos que debemos adquirir si no queremos llegar a viejos operados varias veces de la espalda:

Usar una silla o asiento dónde podamos tener la espalda a noventa grados, si tiene respaldo mejor, así podemos liberar la cadera de soportar todo nuestro peso. Intentar tener las piernas en postura relajada. Al principio es normal sentirse incluso “más incómodo” con la nueva postura, pero al igual que cuando empezabas a tocar, te acostumbrarás y el resultado será mucho más saludable.

Cuidado con el cuello, es habitual girarlo para mirar el mástil al trabajar piezas nuevas, o inclinarlo mucho hacia la boca al practicar técnicas de mano derecha o trémolo.

Con la guitarra eléctrica, a la hora de ensayar con la banda, es habitual estar de pie cargando guitarras muy pesadas, soportando todo el peso de una Les Paul con la correa en el hombro, alterna sentándote a ratos para liberar la espalda del peso.

Distonía focal, la parca de los guitarristas

Todos los problemas comentados anteriormente eran temporales, más o menos comunes, y en la mayoría de casos, totalmente superables. Ahora bien, hay afecciones más severas, inesperadas, y muchas veces irreversibles.

Imaginaos que una mañana os levantáis, desayunáis y cuando cogéis vuestra guitarra, no sois capaces de usar uno, o varios de vuestros dedos como hasta ahora. Las órdenes que instintivamente enviabais desde el cerebro al dedo, ya no se reciben igual. Algo pasa, cosas que antes os salían, de repente ya no. Creéis que es temporal, que es una de las afecciones que hemos visto anteriormente, probáis con todos los tratamientos posibles para las lesiones de esfuerzos repetitivos (LER), pero no se pasa. No sois capaces de hacer cosas con la guitarra que tenias superadas desde hace años, y decidís volver a puntos o etapas anteriores de vuestro aprendizaje, para tratar de “reeducar” el o los dedos, pero nada. Es como si aquella fatídica mañana, un hombre con capucha y una guadaña hubiera hecho acto de presencia para llevarse parte de vuestra conexión con vuestros dedos, como si os hubieran robado algo que ni siquiera sabíais donde teníais guardado.

Esta situación figurada, es muy parecida a la que sienten los guitarristas afectados de distonía focal. La distonía focal es una afección neuromuscular, muy variable, consistente en alteraciones en ciertas redes neuronales destinadas a actividades de precisión, como tocar la guitarra, que imposibilitan ciertos movimientos de precisión.

La estructura del cerebro no esta mal, los músculos y las articulaciones también están bien, pero se producen “fallos” que provocan que los dedos del guitarrista dejen de responder como habían hecho hasta entonces.

La distonía focal es una afección de músicos profesionales, mayormente, y de entre estos, los guitarristas son los más afectados, probablemente por el nivel de precisión y coordinación necesario entre las dos manos.

A menudo los guitarristas con distonía focal acaban pasando, fruto de su desespero, por varios doctores y especialistas, pero en apariencia están bien, lo que les genera más frustración e incomprensión.

A la hora de tratar la distonía focal, lo único que se puede recomendar es paciencia, bajar el ritmo, reducir vuestra exigencia como guitarristas, y los que sean creyentes, rezar, porque hay casos a los que les ha acabado mejorando, aunque nunca vuelven a ser como antes.

Espero que este artículo os haya resultado útil, y si queréis saber cómo prevenir estas lesiones podéis leer el artículo sobre la ergonomía de la guitarra y la importancia de la postura a la hora de tocar.